Cuando nos enfrentamos por primera vez a la organización de un funeral, nos encontramos con conceptos que no siempre son fáciles de distinguir. Así, no siempre resulta fácil definir si preferimos alquilar un nicho, una tumba o un panteón como lugar de reposo de los restos de un fallecido.
Últimas tendencias en lápidas
Aunque no forman parte estrictamente del entierro, la verdad es que las lápidas juegan un papel fundamental en la despedida de un ser querido. Todos queremos que esa persona que tanto queríamos y que acaba de fallecer sea recordada de la mejor manera posible, y ver una placa de mármol o granito con su nombre adornando su nicho o tumba es sin duda la mejor manera de homenajearlo. Conocer cuáles son las últimas tendencias en su diseño nos ayudará a decidir la lápida que preferimos.
El diseño de las lápidas
¿Qué es el nicho y por qué no suele estar incluido en el precio de los servicios?
Si decidimos inhumar el cadáver de un ser querido fallecido, deberemos buscar un lugar en el cementerio para el descanso de sus restos. En la mayoría de camposantos nos encontraremos con dos tipos de espacios básicos para el depósito de una inhumación: las tumbas y los nichos.
¿Qué es un nicho?
Entierros sencillos y económicos
Morirse no es barato. Todo el mundo que haya organizado un entierro se habrá dado cuenta del coste que representa para los familiares del fallecido, si este no disponía de un seguro de fallecimiento. De todos modos, también es verdad que el precio de un entierro puede reducirse de manera importante si se opta por un servicio funerario básico y una ceremonia sin lujos. Los entierros sencillos y económicos no son una utopía.
La clave para organizar un entierro sencillo y económico radica en ser realistas con el presupuesto del que se dispone para la organización del acto y, por supuesto, en tener en cuenta que no todas las familias necesitan de un mismo tipo de despedida para sus seres queridos.
Los elementos de un funeral sencillo
¿Qué es una inhumación o entierro?
En nuestra sociedad, el destino tradicional de una persona fallecida ha sido la inhumación. Es decir, el entierro de los restos mortales del difunto después del correspondiente velatorio y funeral.