Aunque no es un procedimiento tan habitual como la inhumación, la exhumación es una operación que también se realiza a menudo en los cementerios. Consiste en la retirada de los restos humanos enterrados en una tumba, nicho o panteón, y puede deberse a numerosos motivos. Por supuesto, la exhumación se lleva a cabo con todos los respetos hacia el cuerpo que se va a manipular.
¿Por qué se hace una exhumación?
Existen muchas razones para que deban retirarse los restos de un difunto del lugar donde fueron depositados en su inhumación inicial. En algunos casos, los derechos sobre la propiedad caducan al cabo de unos años, por lo que es necesario trasladar los restos.
También puede decidirse llevar a un osario común restos muy antiguos, con el objetivo de hacer una nueva inhumación en el mismo espacio. De esta manera, se evita la necesidad de tener que comprar o alquilar otro espacio para enterrar a más personas de la misma familia.
Asimismo, un juez puede decidir que se haga una exhumación para hacer una prueba forense que determine las causas de la muerte del cuerpo enterrado.
¿Cómo se hace una exhumación?
El proceso de exhumación de los restos de un cuerpo requiere que se tomen medidas sanitarias concretas, teniendo en cuenta el estado de los restos. Hay que valorar que los restos humanos con menos de 4 años de antigüedad aun no han perdido sus fluidos y partes blandas, por lo que se requieren además medidas sanitarias adicionales.
Cada cementerio regula el número de personas que pueden asistir a una exhumación, aunque el requisito general es que sea una acción lo más discreta posible, en la que está prohibido tomar cualquier imagen. En el caso de que la exhumación implique un traslado de los restos del difunto, también deberán seguirse una serie de pautas legales establecidas en cada municipio.