Organizar la despedida de un ser querido requiere tener en cuenta diversos protocolos sociales, familiares y religiosos. Una de las primeras cosas a tener en cuenta cuando preparamos el entierro de un fallecido es conseguir que todos los familiares y amigos se enteren de su muerte, para que puedan acudir a su inhumación. Asimismo, muchas personas también desean homenajear al desaparecido con unas palabras especialmente dedicadas a su figura. Las esquelas y obituarios son los elementos funerarios que cumplen con esta función.
Diferencias entre nichos, tumbas y panteones
Cuando nos enfrentamos por primera vez a la organización de un funeral, nos encontramos con conceptos que no siempre son fáciles de distinguir. Así, no siempre resulta fácil definir si preferimos alquilar un nicho, una tumba o un panteón como lugar de reposo de los restos de un fallecido.
Tumbas y nichos
¿Qué es una inhumación o entierro?
En nuestra sociedad, el destino tradicional de una persona fallecida ha sido la inhumación. Es decir, el entierro de los restos mortales del difunto después del correspondiente velatorio y funeral.
¿Qué implica la inhumación?
¿Entierro o cremación?
El fallecimiento de un ser querido implica la necesidad de empezar a tomar decisiones inmediatas acerca de cómo va a ser su funeral. Una de las más complicadas es el destino final que vamos a dar sus restos. Elegir entre un entierro o una cremación puede resultar un problema importante, si no conocemos qué representa realmente cada una de estas técnicas funerarias y sus ventajas.