Cuando muere un ser querido, no solo vivimos una de las experiencias más duras de nuestra vida. También es el inicio de un proceso burocrático y funerario en el que debemos tomar decisiones rápidas sobre temas que, muchas veces, ni siquiera conocemos bien. Es importante que tengamos claro todos los trámites que implica una defunción para que podamos afrontar el entierro con la mayor tranquilidad posible.
Los documentos necesarios después de una defunción
No podremos enterrar a la persona fallecida si antes no hemos obtenido los dos documentos que acreditan su defunción:
- El certificado médico de defunción, expedido justo después de la muerte por el médico que lo haya tratado.
- La inscripción de la defunción en el registro civil, paso imprescindible para conseguir la licencia de entierro.
Servicios funerarios sin seguro de decesos
Si el fallecido no cuenta con una póliza de decesos, los familiares deberemos hacernos cargo tanto de los gastos ocasionados por el funeral como de la gestión administrativa del mismo. Esto significa tener que hacer los trámites para conseguir los documentos necesarios, buscar tanatorio, decidir la compra o alquiler de un nicho y elegir todos los elementos relacionados directamente con el funeral.
La ventaja por otra parte es que de esta forma sabemos la cantidad que vamos a pagar de antemano (no hemos estado pagando cuotas durante un periodo indefinido) y además disponemos de mayor libertad de elección a la hora de configurar el servicio.
Servicios funerarios con seguro de decesos
Los trámites a hacer ante la defunción de un familiar que contara con seguro de decesos son prácticamente inexistentes. La aseguradora se hace cargo de todas las gestiones administrativas y, además, organiza el funeral siguiendo lo contratado por el fallecido. Tan solo tendremos que elegir entre las opciones que nos ofrezca sobre el ataúd, las flores y demás elementos de la ceremonia.
La ventaja de optar por esta forma de contratación es que los trámites se simplifican sobremanera tras el fallecimiento. Por contra, disponemos de un menor margen de personalización del servicio, además de que probablemente acabemos pagando más de lo que cuesta el servicio, dado que hemos estado pagando una cuota fija hasta la fecha del fallecimiento.
¿En qué consiste la incineración o cremación?
La incineración o cremación de un cadáver se lleva a cabo en un horno crematorio, instalado habitualmente en un tanatorio o cementerio. Para ello, se usa un sistema que une temperatura, presión y vaporización, con el fin de desintegrar el cuerpo. Después del proceso de incineración, se recogen las cenizas del fallecido y se colocan en una urna especialmente diseñada para contenerlas.
¿Qué es una inhumación?
Se entiende por inhumación el entierro de un cadáver en un nicho o sepultura, colocado dentro de un ataúd. Se corresponde sobre todo con la tradición religiosa cristiana, y con la costumbre de visitar las tumbas de los fallecidos para rendir tributo.
¿Entierro o cremación?
La decisión entre el entierro o cremación del fallecido no siempre es fácil. Por supuesto, debemos tomarla teniendo en cuenta la fe del difunto y sus deseos personales, pero también es verdad que hay otros muchos factores a tener en cuenta.
- La cremación es un proceso rápido, que evita la lenta y progresiva descomposición natural del cadáver.
- La cremación se considera más respetuosa con el medio ambiente, y evita un problema de espacio en los poblados cementerios actuales.
- La cremación evita que se pueda manipular el ADN de la persona fallecida.
- Algunas religiones no aceptan la cremación.
Servicio funerario con o sin sala velatorio. ¿Cuál elegir?
La elección de un servicio funerario con sala velatorio aumenta el coste del funeral. Sin duda, el presupuesto económico es un factor fundamental a la hora de preparar el entierro de una persona, pero también debemos tener en cuenta el tipo de despedida que queremos organizar. Una sala velatorio nos dará la oportunidad de reunir a los seres queridos del fallecido en un espacio privado para que le puedan dar su adiós personal antes del funeral propiamente dicho.
¿Qué puede incluir un servicio funerario?
La contratación global de un servicio funerario puede incluir hasta 25 servicios diferentes de tipo administrativo, social, funcional y emocional. Entre ellos, destacan la comunicación al registro civil, la gestión de la donación de órganos y de las tasas municipales. También incluye la contratación del velatorio, la organización de la ceremonia, los trabajos de tanatopraxia, la elección de ataúd y cementerio, así como detalles como las flores, esquelas y libro de recordatorios.
Entierros sencillos y económicos.
Se puede organizar un entierro digno, que sea sencillo y económico, si se tiene cuidado con la elección de materiales y se controlan los complementos que formarán parte del funeral.
Los ataúdes y urnas no tienen por qué ser ornamentados y de materiales nobles para cumplir con su función con total dignidad. Asimismo, un sencillo arreglo floral bastará para mostrar respeto al fallecido, sin tener que encarecer en exceso el presupuesto del funeral.
Igualmente, se puede organizar un entierro sin ceremonia de despedida o velatorio, lo que reduce de manera importante los gastos de tanatorio. Igualmente, los coches de acompañamiento, los recordatorios, esquelas en los periódicos y libros de firmas no son imprescindibles para poder realizar un funeral digno.
Servicios funerarios de lujo. ¿Qué incluyen?
La contratación de un servicio funerario de lujo no tiene por qué tener límites. Además de la elección de productos de la más alta calidad – como ataúdes de maderas nobles -, también puede incluir las peticiones más especiales que tengan los familiares del fallecido en cuanto a catering, traslado en autobuses de los invitados o servicio de música en la ceremonia.
Las claves para elegir el servicio funerario más adecuado.
A la hora de elegir un servicio funerario debemos tener en cuenta factores como el precio, el prestigio de la empresa funeraria, su oferta de servicios integrales y la posibilidad de que se respete en todo el momento nuestras creencias religiosas en todo el proceso de organización del funeral.